La quinta del año, ha sido agónica, de esas carreras que se disfrutan porque son vibrantes. Nuestro viejo Viriello, ya con seis años, nos ha hecho un regalo. El año pasado, por el mes de Agosto, sufrimos un buen disgusto cuando al regresar a balanzas después de perder por una nariz, Viriello venía cojeando. Al principio, nos temimos lo peor, y hasta que no se le hicieron radiografías no tuvimos el diagnóstico definitivo. El susto era importante, pero no era irreversible. Tenía una distensión o rotura de ligamento y lo llevamos a Aranjuez a decansar.
Tras el descanso le ha costado ponerse a tono, y además ha perreado en sus últimas carreras, cuando se ve entre caballos no quiere emplearse. Las instrucciones ayer eran claras, sal cómodo y donde el caballo vaya fácil, y, si es en punta no pasa nada. El caballo saltó como un tiro y pronto cogió los palos y con un cuerpo de ventaja se plantó en la recta final. A base de corazón, ganas y de "palos", nuestro viejo, nuestro perro, nuestro caballo con más solera, ha aguantado hasta el mismo poste de meta con una nariz de ventaja.
Enhorabuena a David Michaux, porque ésta vez sí que le ha montado con fe, a Ana y familia, porque incluso con el viejo nos han dado una buena alegría (para nosotros ganar un handicap es igual que un gran premio...), y por supuesto a Viriello, que ha recuperado las ganas de luchar en cada tranco.
En breve os pondré fotos de la nueva adquisición, SPECIAL GALILEO.
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